Pues ya, con esta entrada, rompo la norma. Ahora será como siempre. Quizá como los comportamientos que observo cada día desde mi ventana. Casi todos esos comportamientos son infantiles y no sería nada relevante si no fuera porque dichos comportamientos se dan en adultos.
Nadie escapamos a tener un comportamiento inadecuado ante determinadas personas o situaciones. Así, nos convertimos en unos actores de la vida sin el consentimiento de ésta, unos pésimos actores....víctimas, prepotentes, amargados, güays del paragüay, estupendos y maravillosos, o los "si te he visto no me acuerdo". También están los vengativos, los insolentes, los que pasan y los que se pasan, los que dicen ser amigos, los egoístas...los creídos, los irrealistas, los que se engañan y.....los puntos suspensivos.
Y resulta que toda esta panda de malos actores vienen a tocarte los cataplines, de una forma u otra. ¡Qué pena! ¡Cuánta energía desperdiciada!
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