Algún día dejaré de titular las entradas con la fecha correspondiente. Se llama "llamar a las cosas por su nombre". Sí, eso es lo que me apetece hacer. Hoy hubiera sido el día perfecto para ello, pero pasó la oportunidad. Las oportunidades pasan mientras estoy en otra cosa. Es curioso...
Empiezo a tener la sensación de que soy raro. No parece adecuado emplear el término "soy" para definirme como raro, y más sabiendo lo que sé y viendo lo que veo. Diría, malempleando dicho término, que a lo mejor los raros son los demás, por tantas y tantas cosas de las que por acción u omisión son responsables, pero me temo que los demás no piensan lo mismo que yo. Así que diré, que me comporto de forma rara. Aun así, prefiero ser tildado de raro, definitivamente...sí. Si los demás tienen un comportamiento normal, sinceramente, yo, prefiero mi rareza....
Perfectamente explicado: lo importante no es lo que haces, sino lo que eres.
ResponderEliminarPor otra parte, cualquier comportamiento o actuación de una persona es siempre razonable, por muy descabellado que pueda parecer. Así, afirmo sin temor a equivocarme, que la elección tomada y realizada por cada uno de nosotros es lo mejor que podíamos o sabíamos hacer en ese momento. Si usáramos esta máxima de continuo, estoy convencida que encontraríamos lo único que buscamos desesperadamente que no es otra cosa que la felicidad. Es posible. Hagámoslo posible.
Muy buena reflexión. Gracias por ella.
Bueno, ya no titulo las entradas con su fecha correspondiente.
ResponderEliminarY sí, llevas razón en cuanto a lo del comportamiento de cada cual, pero el que lo "sufre" siempre tiene la libertad de elegir cómo responder ante dicho comportamiento.
Todo es posible...
Pues... tengo dos preguntas:
ResponderEliminar1.- ¿Por qué no?
2.- ¿Influyen tanto los comportamientos ajenos?
Es posible encontrar lo que buscamos... ¡y tan sencillo!
Porque empezaba a convertirse en un diario y...no lo es.
ResponderEliminarLos comportamientos ajenos no deben de influir, pero a veces no hay nada como entrar al trapo y quedarse tan a gusto diciendo tres o cuatro cosas. Eso sí, sabiendo que se entra al trapo porque uno quiere, no porque se ha dejado llevar.
Todo es posible...
¿De verdad crees que te quedas tan a gusto? ¿Acaso te relaja decir tres o cuatro cosas?
ResponderEliminarEs curioso, tannn curiosooo... lo del diario... ¡qué cosas!
Sí, me quedo a gusto, como los perros cuando marcan su territorio, jajajjaja....
ResponderEliminar¿Curioso? ¿alguna coincidencia?. Ni idea...
A veces, muchas, varias, algunas, yo qué sé, pagamos nuestra ira o frustración con quien tenemos un “encuentro palabril”, aunque sea ligero. Es cierto, nadie tiene que venirnos con ningún “cuento”, pero pasa. Lo malo de esto es que no nos quedamos tan “a gusto” como creemos: es un desahogo, cierto; pero las tripas ya están ennegrecidas en grado sumo y el poso queda...
ResponderEliminar¿También levantas la patita???? Jajajajajjajaja.
Interesante tema, imposible de condensar en unas pocas frases.
Coincidencia, sólo en la palabra: hace poco pensé hacer del mio eso, un diario, porque quería. Pero fallé a la primera de cambio: no fui fiel.
Posiblemente, pero yo elijo, no me dejo llevar,elijo...saco la basura.
ResponderEliminarSer fiel es una "extra-vagancia"
Ya sé que no estoy "de moda"... como también sé que eres tú quién elije...
ResponderEliminar¿Hay alguna moda que sea duradera?
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